lunes, 8 de junio de 2015

15 consejos anti-estrés

Ante una situación de peligro, un incendio por ejemplo, el organismo responde poniéndose en estado de alerta, estresándose, preparándose para reaccionar, y activando el sistema nervioso y hormonal. El hipotálamo ordena a las glándulas suprarrenales que segreguen adrenalina y cortisol. Entonces el corazón se acelera y los pulmones también; los riñones y los intestinos se contraen; el hígado libera glucosa; el cuerpo suda para refrescarse, los sentidos se agudizan, las pupilas se dilatan… Todo un perfecto y coordinado engranaje, muy positivo para salvarnos del incendio.
Menos mal que nuestro organismo es inteligente y, cuando cesa el peligro, sabe volver a su estado normal. Todo se apacigua y vuelve a la calma.
Pero ¿qué pasa cuando las situaciones de estrés se mantienen en el tiempo, se instalan en nuestra rutina diaria y vivimos en un continuo estado de alerta y ansiedad? El sistema nervioso está entonces en tensión continua y se agota.
Es fundamental nutrirnos adecuadamente y seguir unos buenos hábitos de vida. Aquí te proponemos unos cuantos para que elijas, -o para que no elijas y los hagas todos, pero con tranquilidad y sin estresarte:
1.- Haz una lista de situaciones, tareas o personas que te estresan. Acepta que hay cosas que no puedes controlar ni cambiar, pero controla y cambia lo que sí puedas. Recuerda, sobre todo, que puedes cambiar tu respuesta o reacción.
2.- Sé realista en lo que puedes y no puedes hacer.
3.- Observa tus emociones y exprésalas con calma.
4.- Relativiza. Y en vez de preocuparte, ocúpate.
5.- Organízate y gestiona tu tiempo. No te comprometas a hacer cosas que no puedes o no quieres hacer, pero tampoco aplaces lo que tienes que hacer.
6.- Tómate tus merecidos descansos y trata de dormir tus horas necesarias.
7.- Ante un error o un fracaso, ¡sonríe, eres humano! y aprende la lección que te brinda ese error.
8-   Date tiempo para adaptarte a las circunstancias.
9.- Trabájate tu sentido del humor.
10.- Escucha música relajante siempre que puedas.
11.- Haz ejercicio físico; así liberarás agresividad y tensión y luego pasea, sin prisas, mejor por la naturaleza, si puedes.
12.- Aprende y practica técnicas de respiración, relajación y meditación, o yoga.
13.- Dedícate un tiempo para ti, sin reloj ni móvil. Desconecta. Regálate un masaje o un baño aromático. Vive el presente.
14.- Toma infusiones relajantes, manzanilla, tila, melisa, espino albar o valeriana y mientras las tomas recuerda que “esto también pasará”.
15.- Y tranquilidad y buenos alimentos. Recárgate de magnesio, vitamina B y bebe menos café. El café, y las comidas ricas en proteínas, azucares y grasas, y los refrescos y el alcohol crean un terreno favorable para el desarrollo del estrés. Un organismo estresado necesita más vitaminas y minerales que nunca, en especial vitaminas del grupo B y magnesio
– Las vitaminas del grupo BSon hidrosolubles, no se almacenan, se eliminan por la orina y por tanto deben ser consumidas diariamente. Son las vitaminas del estrés y del estado de ánimo por su efecto beneficioso sobre el sistema nervioso y sobre nuestra actitud mental, y para una buena salud del cerebro y de las glándulas adrenales.
Si recurres a suplementos vitamínicos, asegúrate de que contienen todas las vitaminas del grupo B, porque una ingesta continuada de un suplemento de una sola vitamina de este grupo puede provocar la deficiencia de otra del mismo grupo.
Tendrás cubiertas tus necesidades diarias si en tu alimentación habitual están presentes la levadura de cerveza, el germen de trigo, las verduras y hortalizas, los frutos secos, los cereales integrales y las legumbres. Destacamos los aguacates, los albaricoques, las espinacas, las zanahorias y la calabaza, así como el cacao, el maíz, las patatas, las semillas de sésamo y la jalea real, y leche, queso, huevos, carnes y pescados, pero ten en cuenta que la cocción de los alimentos, el refinado de los cereales y la pasteurización de la leche favorecen la destrucción de estas vitaminas.
– El MagnesioEs el mineral anti-estrés; para el buen estado del sistema nervioso y para la relajación muscular.   Nos lo aportan los cereales integrales; la soja y las judías; las espinacas, puerros y lechuga; plátanos, albaricoques, peras, cerezas, ciruelas y frambuesas; nueces, almendras y dátiles; leche y sus derivados. Una dieta equilibrada aporta las cantidades necesarias, pero en algunos casos, y siempre bajo control médico, puedes recurrir a un suplemento o un preparado homeopático o sales de Schüssler (por ejemplo, Magnesia phosporica, para calmar el sistema nervioso y controlar el estrés).
De: Mónica Domingo
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