Ya no hace falta salir de fiesta para encontrarnos con un chupito en la mano. Menús del día, almuerzos familiares, bautizos y comuniones culminan, cada vez más, con esta tentación etílica en formato reducido, remate perfecto, para muchos, de una comida agradable. El shot (como se le conoce en el mundo anglosajón) nos deja con buen sabor de boca sin ser tan rotundo como una copa. También es más barato; de hecho, en ocasiones corre por cuenta de la casa. El ritual de los vasitos posee su gracia y, a la vez, cierto misterio: no siempre nos queda claro qué es ese líquido amarillo que nos estamos metiendo en el cuerpo.
El chupito tiene menos de todo: también calorías. No hace falta ser matemático para darse cuenta de que a menor cantidad de alcohol consumida, menos barriga. Los nutricionistas establecen que cada gramo de alcohol tiene 7 calorías. Pero cuidado: en determinados brebajes el alcohol no es la única fuente de calorías. “Cuando se analiza una bebida hay que conocer bien cuál es su composición”, destaca la doctora Julia Álvarez Hernández, jefe de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares, Madrid) y coordinadora del Área de Nutrición de la SEEN(Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición). “A veces, el contenido en hidratos de carbono (glúcidos) debe ser considerado para valorar adecuadamente los aportes calóricos de una bebida en concreto”. Así pues, cuanto mayor sea su contenido en etanol (alcohol) e hidratos de carbono, más calórico será un chupito. Y soncalorías vacías, sin nutrientes, que sirven, básicamente, para impedir que podamos abrocharnos el pantalón.
Aguardientes vs licores
Las bebidas alcohólicas se dividen en dos grandes familias: los aguardientes y los licores. Entre los primeros figuran destilados como la ginebra, el vodka, el whisky, el brandy o el tequila. Todos ellos carecen de hidratos de carbono, de modo que su aportación calórica procede exclusivamente de su volumen de alcohol. Según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos, 100 gramos de whisky tienen 245 calorías, lo que traducido a la medida estándar del chupito (1,5 onzas o 44 mililitros) significa 98,56 calorías (una manzana, por ejemplo, tiene unas 50 calorías); lo mismo para el resto de destilados, con un porcentaje similar de alcohol. Incrementando la cantidad elevaremos el aporte calórico (por ejemplo, pidiendo una copa en lugar de un chupito nos iremos a las 122 calorías). Mención aparte merece el aguardiente de orujo, obtenido mediante el prensado del hollejo de las uvas. No contiene azúcares, y su aporte en tamaño mini es de unas 113 calorías.
Un chupito de licor de frutas de moderada graduación (12 grados) tiene alrededor 100 calorías. El de pacharán es otro de los que menos calorías tienen (117), debido a que la endrina es un fruto de bajo aporte de hidratos de carbono
En el otro extremo encontramos los licores. En su elaboración se ha agregado azúcar, y contienen, por tanto, un determinado aporte de glúcidos. Engloban, entre otros, los licores de frutas y las cremas de café o cacao. Un chupito de licor de frutas de moderada graduación (12 grados) tiene alrededor 100 calorías. El de pacharán es otro de los que menos calorías tienen (117), debido a que la endrina es un fruto de bajo aporte de hidratos de carbono. Por el contrario, dos licores ricos en azúcares son el de café y el amaretto (licor de almendras con esencia de vainilla y algunas frutas, generalmente cereza y melocotón): el primero esconde 145 calorías y el segundo, 159. Licores de hierbas, como el Benedictine, rondan las 132.
Si mezcla, más calorías
Otro dato que afecta a nuestra dieta es que mezclar dos bebidas aumenta las calorías totales, incluso cuando una de ellas es un refresco. “En los combinados, tomamos las calorías derivadas del refresco utilizado más el de la bebida alcohólica. Son sumatorias”, advierte la doctora Álvarez Hernández. “Por la misma razón que si tomo jamón solo o pan con jamón voy sumando lo que aporta cada alimento, en el caso de las bebidas que ingerimos sumamos los aportes de cada una”. Por ejemplo, en un gin tonic se suman las calorías de 50 ml de ginebra y de 200 de tónica, alcanzando un total de 190.
Si decido que quiero tomar whisky marca equis, pero en formato pequeño, eso me parece fenomenal. Para mí, para redondear una buena comida, el mejor chupito es un destilado”
Juan Carlos Muñoz, presidente de la Asociación de Barmans
¿Piensa que el chupito, por su modesto tamaño, es poco indicado para la mezcla? Se equivoca. La coctelería aplicada al chupito goza de gran predicamento en otros países. “El chupito fuera de España no tiene mucho que ver con lo que nosotros bebemos”, afirma Juan Carlos Muñoz Zapatero, presidente de la Asociación de Barmans de Madrid. “Tiene otra sinergia, otra forma de armonizar en dos sorbos, dos bebidas distintas. Obviamente es complicado impregnarse de las sensaciones que deja una mezcla cuando te la bebes de un solo trago. Pero la combinación de un shot de bourbon con una pinta de cerveza es muy común. Hay otro que se hace con vodka y amaretto, o con whisky y amaretto”.
Siempre con etiqueta
En el extremo opuesto de la coctelería de nivel está el bar de comidas siempre dispuesto a agasajar con la misteriosa frasca del refrigerador. “En determinados bares o restaurantes es difícil encontrar un chupito de calidad”, añade Muñoz Zapatero. “Te ponen una frasca que no sabes de dónde ha salido, sin etiqueta. Eso me parece mal. Te estás cargando una buena comida por culpa de un chupito de invitación”. Con frecuencia, las botellas sin etiqueta que nos sirven como licores caseros son más bien todo lo contrario: productos de laboratorio que no han pasado los controles de calidad pertinentes. En 2009, el consejo regulador de Orujo de Galicia alertó de que el 80% del aguardiente es ilegal.
Ante eso, profesionales, entendidos y sibaritas en general se decantan siempre por chupitos de procedencia contrastada. Por supuesto, cada cual tiene sus gustos, pero hay chupitos más adecuados que otros. “Con uno de tequila poco te puedes enterar, cuando para mí es uno de los destilados más elaborados del mundo. Creo que merece la pena saborearlo más detenidamente”, dice el presidente de losbarmans de Madrid, que nos aporta su sugerencia: “Si decido que quiero tomar whisky marca equis, pero en formato pequeño, eso me parece fenomenal. Para mí, para redondear una buena comida, el mejor chupito es un destilado”.
De: MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO
Desde: http://goo.gl/bhdqPh
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